viernes, 13 de septiembre de 2019

Sorprendente novedad actualiza el caso de dos extraños cilindros que se vieron sobre la Antártida en 1956


En una Jornada Ufológica realizada el sábado 31 de agosto de 2019 en la localidad de Rauch (Provincia de Buenos Aires) el profesor Rubén Morales develó inesperadas novedades sobre un avistamiento antártico sucedido hace más de 60 años. Habiendo pasado tanto tiempo, cuando ya parecía impensable la aparición de datos nuevos, han surgido reveladoras informaciones que dan actualidad a una observación de dos extraños cilindros en el cielo, realizada por científicos en la Isla Roberts, que se prolongó al menos durante dos días, cuyos estremecedores detalles se relatan en el libro "Los ovnis de la Antártida" (Ed. Argentinidad, Bs. As., 2018, pp. 261-272).


La "Primera Jornada Ufológica de Rauch" se presentó en el Salón Blanco del Palacio Municipal, a iniciativa de la Dirección de Turismo de esa comuna y tuvo como oradores a los investigadores Carlos Vales, Javier Stagnaro y Rubén Morales, con la colaboración logística de Orlando Burgos, todos integrantes del Café Ufológico RIO54, un grupo de interesados en el tema ovni que se reúne mensualmente en la ciudad de Buenos Aires.

Los misteriosos cilindros sobre la Isla Roberts (ilustración)
Luego de las palabras de presentación del Coordinador de Turismo de Rauch, Dr. Fermín Gándara Sica, el primer panelista fue Rubén Morales quien se refirió a un caso muy extraño citado en su libro "Los ovnis de la Antártida" acerca de la prolongada observación, durante dos días consecutivos, en el verano de 1956, de dos objetos cilíndricos estacionarios en el cielo, que por momentos realizaron increíbles acrobacias ante los ojos de cuatro hombres que integraban una misión científica chilena, en el marco de los preparativos para el Año Geofísico Internacional.

Fragata Baquedano, que trasladó a los científicos a la Isla Roberts. Fuente ver al pie: (1)
El episodio sucedió en la Isla Roberts (Islas Shetland del Sur, Mar de la Flota) aunque las primeras fuentes chilenas lo situaban en la Isla Robertson, en el Mar de Weddell. Queda la duda acerca de si ese equívoco se debió a una confusión fonética o bien a guardar reserva sobre el verdadero lugar de los hechos, teniendo en cuenta que esas fuentes tampoco citaban los nombres de los cuatro observadores.

Durante la conferencia en Rauch, Morales develó nuevos detalles, que recién ahora salen a luz, sobre este singular y muy poco conocido avistamiento antártico. Explicó que su trabajo de investigación debió pasar por varias etapas: El relato inicial que publicó en la primera edición de su libro (2016) se basó en las fuentes más confiables del país hermano, entre ellas el CEFAA, "Comité de Estudios de Fenómenos Aéreos Anómalos, organismo oficial de la Dirección General de Aeronáutica Civil, DGAC, que estudia los fenómenos aéreos anómalos que se presentan en el espacio aéreo de responsabilidad de la República de Chile" -según aclara la web oficial de ese organismo. En aquella primera edición, Morales añadió unos “Comentarios del autor” reflexionando que ya no había razón atendible para mantener el anonimato de los testigos, pasadas seis largas décadas después del avistamiento.

Pero tras la publicación de su libro, Morales recibió una comunicación del estudioso chileno Pablo Petrowitsch, quien resultó ser la persona que había originado el informe actualmente disponible en la web del CEFAA, por haber sido amigo de uno de los cuatro testigos en la Isla Roberts. Con gran generosidad, Petrowitsch facilitó a Morales importantes informaciones, comprendiendo bien que luego de tanto tiempo, ya era hora de hacerlo. Se supo entonces que los principales protagonistas del avistaje fueron el Dr. Ing. Jorge Moder Jorquera (agrónomo, geólogo y glaciólogo) y el Prof. Celestino Castro Alvarenga (biólogo), dos científicos de intachable currículum académico como investigadores y docentes en varias universidades de Chile, ambos fallecidos a la fecha.

El Sarg. 1º Héctor Juan Adofacci y Abelardo Báez, antes de viajar a la Antártida.
Al conocer esos nombres, Morales pudo reabrir la investigación y hacer una búsqueda online de documentos históricos que permitieron hallar valiosos datos de contexto para enriquecer la historia, así como descubrir quienes fueron los otros dos privilegiados testigos en la Isla Roberts: El técnico en biología Abelardo Báez y el Sargento 1º enfermero de la Marina Héctor Juan Adofacci.

Durante la conferencia en Rauch, el disertante dijo que esas informaciones le llegaron justo a tiempo para incluirlas en la segunda edición del libro "Los ovnis de la Antártida", que salió de imprenta en 2018 y se encuentra actualmente en las principales cadenas de librerías.

Tiempo después sucedió algo curioso: Según explicó el disertante, la mayor parte de los documentos históricos chilenos que había consultado en internet, de pronto dejaron de estar accesibles al público, sin motivos a la vista.

Fue justamente por no haber logrado ingresar a esos sitios que el investigador trasandino Patricio Abusleme Hoffmann hizo una consulta con Morales. Abusleme Hoffmann es el reconocido autor de un excelente libro que se titula "La noche de los centinelas", sobre el famoso episodio ufológico vivido por el cabo Armando Valdés cerca de Putre (Chile) en 1977.

Abelardo Báez, Celestino Castro y Jorge Moder en la Antártida
Abusleme Hoffmann se había procurado un ejemplar de "Los ovnis de la Antártida" y al ver tantos detalles nuevos sobre el caso de Isla Roberts no vaciló en encarar una investigación personal que pronto daría sus frutos. Para ello también contactó a Petrowitsch y finalmente consiguió lo que parecía imposible: ¡localizó y entrevistó a uno de los cuatro testigos que observaron los extraños cilindros en el cielo de Isla Roberts en enero de 1956!

El expedicionario antártico hallado es el Dr. Abelardo Báez, quien en el presente tiene 82 años pero cuando viajó a la Antártida tenía apenas 18 y era el joven ayudante del profesor de biología Celestino Castro. Por gentileza de Abelardo Báez, disponemos ahora de las primeras fotos que se conocen de esos cuatro hombres que fueron protagonistas de un fantástico encuentro con lo desconocido en aquella misión antártica.

Abusleme Hoffmann está preparando un informe con el detallado relato de Báez que incluirá en un libro cuya próxima publicación es muy esperada en los ámbitos ufológicos de Chile.  Entretanto, puede anticiparse que Báez afirmó que le resulta extraño que solo él y sus tres camaradas hayan declarado haber visto esos dos cilindros voladores, porque en sus rápidas maniobras los vieron alejarse en dirección a otras bases antárticas, desde las cuales tuvieron que haber sido perfectamente visibles y es muy probable que existan otros testimonios que nunca se dieron a conocer.

Cuando se publique el libro de Abusleme Hoffmann ¡tal vez estaremos en el comienzo de una nueva etapa de esta fascinante investigación sobre un caso realmente extraordinario!

 1) Fuente de la imagen: http://base.mforos.com/1716042/6550214-fragatas-clase-river-iquiquecovadonga-y-baquedano-exesmeralda/ 

TESTIGO CLAVE CONFIRMA LA AUTENTICIDAD Y GRAN EXTRAÑEZA DE UN AVISTAMIENTO DESCRIPTO EN EL LIBRO “LOS OVNIS DE LA ANTÁRTIDA”

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