viernes, 28 de agosto de 2020

Un astronauta de la ISS filmó cinco extraños objetos sobre la Antártida

Por Prof. Rubén “Gurú” Morales

El astronauta ruso Iván Vagner publicó un video tomado desde la estación espacial internacional donde aparecen cinco cuerpos brillantes en órbita terrestre que bien merecen ser considerados como objetos voladores no identificados, al menos mientras los especialistas no encuentren una mejor explicación.



El 19 de agosto de 2020, Vagner capturó la escena cuando se disponía a registrar las hermosas auroras australes que se desplegaban sobre el sector antártico próximo a las costas australianas. Entonces advirtió que se veía algo no previsto y lo publicó en su cuenta de twitter. Es refrescante esa actitud de dar a conocer inmediatamente lo sucedido, a diferencia del secretismo gubernamental que solía rodear este tipo de avistamientos en años no tan lejanos.


Vagner encabezó su tuit expresando “Visitantes del espacio, o cómo filmé el nuevo time-lapse”, para luego advertir a sus seguidores que “en el video se verá algo más, no solo la aurora”.


En efecto, el video muestra el tránsito de una hilera oblicua de cinco objetos brillantes por encima de la atmósfera terrestre. Vagner se interroga en otro tuit “Entre los 9 y 12 segundos, aparecen 5 objetos volando alineados a la misma distancia. ¿Qué crees que son? ¿Meteoros, satélites, o…?”


Aclara que para el time-lapse realizó capturas a razón de un fotograma por segundo. Las imágenes luego fueron ensambladas en video con una velocidad de 25 fotogramas por segundo, de modo que el tiempo de observación real fue de 52 segundos. 


El video está ampliamente disponible en internet, por ejemplo en:


https://media.ambito.com/adjuntos/239/videos/037/973/0037973069.mp4


El astrobiólogo radicado en Taiwán Scott C. Waring respondió al tuit del astronauta exclamando: “¡Iván, esos son ovnis! Están espaciados uniformemente y en formación militar. Aquí envío un primer plano de su video. ¡Buen ojo amigo!”


Más allá de las conjeturas, aún no se ha podido determinar que eran esas luces misteriosas sobre la Antártida. Las enigmáticas imágenes se han enviado a los expertos en Roscosmos, del Instituto Central de Investigación de Construcción de Máquinas (TsNIIMash) y el Instituto de Investigación Espacial de la Academia de Ciencias de Rusia para un análisis más detallado.

"Es demasiado pronto para sacar conclusiones sobre el video. Los especialistas deberán pronunciarse al respecto”, ha dicho Vladimir Ustimenko, portavoz de Roscosmos.

Entretanto, varios usuarios de Twitter arriesgaron la hipótesis de que los cinco objetos serían parte de la red de satélites Starlink, desarrollada por SpaceX y lanzada al espacio para proveer Internet a nivel global.


FUENTES:


https://www.ambito.com/informacion-general/ciencia/astronauta-capturo-un-video-cinco-ovnis-orbitando-la-tierra-n5126392


https://www.marca.com/tiramillas/actualidad/2020/08/23/5f42521b46163f3d488b45a5.html


https://www.lanacion.com.ar/lifestyle/un-astronauta-capto-5-ovnis-mientras-filmaba-nid2426760


https://twitter.com/ivan_mks63/status/1296030323806003205


https://media.ambito.com/adjuntos/239/videos/037/973/0037973069.mp4

https://www.vigilia.com.br/no-espaco-cosmonauta-russo-filma-cinco-ovnis-sobre-a-antartida/


sábado, 8 de agosto de 2020

LO EXTRATERRESTRE, EN EL BOLETÍN DEL INSTITUTO ANTÁRTICO CHILENO

Por Prof. Rubén "Gurú" Morales

Un artículo con la firma de paleobiólogo Marcelo Leppe Cartes que se publicó en el boletín del Instituto Antártico Chileno, menciona expresamente la tendencia actual a relacionar la Antártida con la llegada de posibles objetos voladores extraterrestres, y lo hace con un criterio didáctico y esclarecedor. 

Expresa que

“el Sexto Continente podrá ser suelo estéril para la mayoría de las especies que pueblan el planeta, pero es tierra fértil para la imaginación. Por ejemplo, libros y películas como At the Mountains of Madness (1932), The Thing (1982) o Depredador vs. Alien (2004) dan muestra que lo inverosímil y lo utópico se asocian en nuestras mentes a este territorio. Sin embargo, la verdadera historia de la Antártica supera con creces la más sofisticada fantasía, y la historia de los seres vivos que la han poblado reta a la credibilidad humana.” (…) “Un hito en la historia del mito antártico lo desencadena una noticia viralizada a fines de 2012, donde se señala que un equipo de investigadores rusos y norteamericanos habría encontrado pirámides en la Antártica. La no despreciable cantidad de 980.000 notas en páginas de internet, dan cuenta de lo vulnerables que somos a creer en un continente cargado de relatos esotéricos o metarracionales. Hoy se sabe que el grupo de científicos rusos y norteamericanos nunca existió, que las fotos exhibidas como evidencia eran una pobre interpretación de estructuras producto de la actividad glacial y de volcanismo y que las imágenes de Google Earth fueron maliciosamente alteradas. 


Sin embargo, el mito ya ha sido creado y un 50 % de los infectados por la virulenta noticia, aún cree que se trata de una conspiración para ocultar la existencia de civilizaciones polares ancestrales. Definitivamente, la combinación de extraterrestres, civilizaciones ancestrales y Antártica, nos hace mucho sentido. Más de un siglo de investigación científica no ha logrado cambiar esa percepción popular.” (1)


El meteorito ALH84001. Credito: NASA. Fuente: (2)
A continuación, bajo el subtítulo “Los verdaderos extraterrestres” el autor relata que a fines de 1984, un equipo de investigadores del Instituto Smithsoniano encontró en las colinas Allan (un cordón montañoso en la costa del mar de Ross) un meteorito de casi dos kilogramos compuesto por diogenita, material que podría provenir del asteroide Vesta o del planeta Marte.


Se le llamó ALH84001 (por Allan Hills y el año 1984). La roca se habría desprendido de Marte hace unos 16 millones de años, después del impacto de un meteorito, y caído en la Antártica hace unos 13.000 años. 



El microscopio electrónico

permitió hallar en el ALH84001 

esta suerte de "tubo" que tiene 

menos de 1/100th del tamaño 

de un cabello humano. Crédito: 

NASA Fuente: (2)

Pero el meteorito ALH84001 aún reservaba a la ciencia varias sorpresas: Casi 12 años después del hallazgo, David S. McKay (1936- 2013), investigador del National Astrobiology Institute de la NASA, anunciaba mundialmente que el meteorito marciano contenía trazas de la biósfera ancestral de Marte, cargada de CO2 y N15, y de posibles fósiles de bacterias.

"El anuncio era provocador, al ser la primera evidencia concreta de vida extraterrestre y un potente sustento a la teoría del origen de la vida. Pero tras 30 años del hallazgo, al menos 10 artículos se publican al año en revistas científicas de corriente principal, con argumentos a favor o en contra, a pesar de que nueva evidencia durante los últimos parece inclinar la balanza hacia la hipótesis de las bacterias marcianas.” (1)


Finalmente, el artículo reseña interesantes hallazgos paleontológicos realizados en territorio antártico que hacen repensar los orígenes de la vida en nuestro planeta y en el universo.



FUENTES: 


1) Leppe Cartes, Marcelo, “El pasado de la Antártica... ¿una incógnita develada?”, Boletín Antártico Chileno Vol. 33 Nº 2, Instituto Antártico Chileno, Punta Arenas, 2017, pp. 13 a 20.


2) https://www.astrobio.net/mars/the-continuing-controversy-of-the-mars-meteorite/

miércoles, 5 de agosto de 2020

PARECE UNA MURALLA INCAICA EN LA ANTÁRTIDA ¿VERDAD?



Sistemas de diaclasas volcánicas en Isla Roberts, Islas Shetland del Sur, conjunto de rocas basálticas que forman columnas de 4, 5 o 6 lados. Fuente: Boletín Instituto Antártico Chileno, mayo de 1965, p. 27.

martes, 4 de agosto de 2020

"ESCUADRILLAS" DE LUCES EN LOS CIELOS DE PUERTO NEKO, ANTÁRTIDA ARGENTINA

Por Prof. Rubén "Gurú" Morales

 

El 25 de febrero de 1991, varias flotillas de objetos luminosos con intrigantes desplazamientos atravesaron los cielos de Puerto Neko, un sitio en la costa oeste de la Península Antártica donde solo hay un pequeño refugio argentino. El incidente tuvo como circunstanciales testigos a los cuatro integrantes del equipo denominado “Expedición Proyecto Orca Antártida” que tenía como objetivo científico el seguimiento visual de los grupos de orcas que recorren el mar antártico.

 

El presente informe presenta y describe un singular avistamiento que se realizó en Puerto Neko en la primera hora del 25 de febrero de 1991.

El equipo, junto al refugio de Puerto Neko. Foto Juan Carlos López.
Fue posible reconstruir los pormenores de lo sucedido gracias al relato directo de tres de los cuatro testigos presenciales quienes amablemente accedieron a nuestra entrevista, Carolina Diby, Ricardo Kruszewski y Juan Carlos López. Omar Molea también participó del avistamiento, pero pasados tantos años no recuerda los hechos con detalle, en cambio sí tiene muy presente que a partir de esa experiencia el grupo de investigación antártica tuvo una larga charla nocturna sobre temas paranormales.

Antes de entrar de lleno en el tema, cabe resumir escuetamente el perfil profesional de los observadores.

LOS PROTAGONISTAS DE LA HISTORIA

Ricardo Kruszewski es un pionero en la introducción, promoción y desarrollo del kayak en la Argentina, así como creó y dirige la empresa SDK que fabrica kayaks de mar y de montaña.

Ricardo Kruszewski. Foto: (3)
Además de haber cumplido su misión de investigación específica, la expedición de 1991 permitió testear la performance de las embarcaciones y equipos SDK en las condiciones ambientales más exigentes.

Ricardo ha realizado numerosas travesías en kayak a través del mundo, unas veces como deportista amateur y otras como apoyo de expediciones científicas y de exploración.

Integró la expedición en kayaks “Yámana 86”, una de las primeras del mundo en circunnavegar el Cabo de Hornos. De hecho fue la primera en hacerlo por la ruta más difícil y sus integrantes los primeros argentinos en lograrlo. (1)

Juan Carlos López a justo título lleva el apodo de "Orcaman" por ser un precursor en el estudio del comportamiento de las orcas. 

Especializado en buceo y navegación en kayak, López fue por largos años Guardafauna en Península Valdés y es actual Guardaparque del Área Protegida El Doradillo. Esa actividad le permitió agudizar al máximo la observación científica con y sin instrumentos, a lo que sumó el hábito cotidiano de redactar informes precisos, aptitudes todas de particular valor para el caso que se analizará.

"Orcaman", navegando en aguas antárticas. Foto Juan Carlos López.

Su cercanía con la orcas lo llevó a cuestionar que se las llame despectivamente "ballenas asesinas” y en 1989 lo reafirmó sumergiéndose a bucear en medio de un grupo de orcas que se dirigían a cazar lobos marinos. La inmersión fue realizada junto a Paul Atkins, sin jaula protectora ni armas, para un documental producido por la BBC. (2)

Carolina Diby en Bahía Andvord, Antártida Argentina.Foto:Carolina Diby.
Carolina Diby es licenciada en turismo, con reconocida trayectoria en montañismo y kayak. A partir de la “Expedición Proyecto Orca Antártida” pasó a convertirse en la primera mujer que navegó el mar antártico en kayak. Tres años antes había escalado el pico máximo de América en compañía de la andinista mendocina Carina VacaZeller. Ese ascenso de solo dos mujeres alcanzó una marca histórica por ser la primera expedición íntegramente femenina que hizo cumbre en el Aconcagua por la ruta del Glaciar de Los Polacos. Luego de regresar de la Antártida, en el mismo 1991, Carolina formó parte de la "Expedición Argentina al Himalaya" que escaló el Xixapagma (China) de 8012 m y, aunque no pudo participar, había sido seleccionada para  la Expedición Argentina al Shishapagma. 

A través de actividades educativas y de difusión desde una perspectiva de género, Carolina promueve la participación de la mujer en deportes de riesgo como el kayak y el montañismo.

EL PROYECTO DE INVESTIGACIÓN ANTÁRTICA

La “Expedición Proyecto Orca Antártida” fue la primera expedición científica con kayaks de mar realizada en el territorio antártico. Se desarrolló entre enero y marzo de 1991 para estudiar el comportamiento de las orcas (Orcinus orca) en la costa oeste de la Península Antártica utilizando kayaks de travesía como único medio de movilización, traslado, plataforma de observación y exploración del área.


Ricardo Kruszewski fue el organizador y director, en tanto Juan Carlos López fue el director de investigación. Junto a otros dos expertos kayakistas como Carolina Diby y Omar Molea se completó un equipo con probada experiencia en deportes de riesgo. (3) (4)

La flecha indica la posición de Puerto Neko.
La expedición fue integrada a los proyectos de investigación correspondientes a la Temporada 90/91 de la Dirección Nacional del Antártico y del Instituto Antártico Argentino.

 

Un avión Hércules de la FAA dejó al equipo en la Base Marambio. En Marambio los esperaba un helicóptero que los llevaría hasta el Rompehielos Almirante Irízar.

 

Pasado poco más de un día de navegación transbordaron al histórico Aviso ARA General Irigoyen que los condujo hasta Puerto Neko, donde se encuentra el refugio Capitán Fliess (64°50′00″S 62°33′00″O), una sencilla construcción rectangular con paredes exteriores de chapa acanalada y techo a una sola agua, que depende de la Armada Argentina desde 1949.(5)

El refugio Capitán Fliess, el campamento y los kayaks de los expedicionarios. Foto Juan Carlos López.

Con base en carpas y el refugio Capitán Fliess de Puerto Neko, Bahía Andvord, durante seis semanas realizaron observaciones de fauna en dicha bahía, en Bahía Paraíso y en la boca del Estrecho de Gerlache, (3) pero las orcas -el principal motivo de sus desvelos- parecían empecinadas en ocultarse a los ojos atentos de los cuatro exploradores.

EL INFORME DE ORCAMAN

En la noche del 24 de febrero Omar Molea picó carne a cuchillo y cenaron hamburguesas caseras. Luego el grupo permaneció haciendo comunicaciones por onda corta con radioaficionados. Situándonos en la época, este equipo antártico transitaba el intervalo tecnológico entre los enlaces por radio y las actuales comunicaciones por satélite y celular.

El equipo llega a Puerto Neko. El Aviso Irigoyen al fondoFoto Juan Carlos López.
A las 0:15 del día 25, antes de irse a dormir, Orcaman salió del refugio rumbo al baño, que estaba improvisado en el exterior. Minutos después, a las 0:25, sería testigo de un suceso que lo motivó a llamar de inmediato a sus compañeros.

Este es su relato: 

"al mirar hacia el cielo, observo desplazándose desde el SSO hacia el NNE un objeto luminoso que se dirige hacia Neko, pero a gran altura, tipo faro de automóvil que luego de realizar tres zigzag, lanza dos haces de luz hacia abajo, luego realiza otro zigzag y repite dos haces de luz hacia abajo [Luz Nº1 del Gráfico 3]. Llamo con un silbato (usado para emergencias) a mis compañeros, que se encontraban dentro del refugio, quienes al salir pueden ver una serie de luces, de iguales características de la primera, que se desplazaban de SSO a NE y de SO a NE. Todos pudieron ver el haz de luz que lanzaba hacia abajo, como si fuera un reflector. Al mismo tiempo vimos con Omar que tres [luces] se desplazaban hacia el Este, dos bastante cerca entre sí, la otra más adelantada y una cuarta que avanzaba en la misma dirección pero que las pasaba y continuaba su desplazamiento hasta perderse de vista [Luces Nº3, 4, 5 y 6 del Gráfico 3]. En ese momento vemos otra que pasa por encima del refugio de ONO a NNE y que también proyecta un haz de luz en cuatro oportunidades [Luz Nº2 del Gráfico 3]. Ninguno de esos haces iluminó el refugio o nuestras carpas."


Gráfico 1 - Libreta de campo.
Juan Carlos señala que estas luces "se diferenciaban muy bien de la luz de las estrellas". Se desplazaban a gran altura, en su diario anotó que se veían "tipo satélite", pero agrega que parecían faros de automóviles o de una camioneta a la distancia, no encandilaban, y por momentos proyectaban dos haces de luz hacia abajo, a modo de reflectores, sin que hubiera una periodicidad constante.

Inmediatamente luego de la observación, Orcaman redactó un informe del incidente en su libreta de campo (Gráfico 1) y marcó las trayectorias en la carta náutica de la bahía (Gráfico 2), para asegurarse de registrar lo sucedido con la mayor exactitud posible, con el mismo afán detallista que utilizaba para documentar los comportamientos de la fauna. "No escribí mucho más ese día, dada la alegría que tenía, porque los otros tres integrantes habían podido ver por ellos mismos algo sobre lo cual les había contado que veía en Península Valdés" -nos expresa en la entrevista. Efectivamente durante sus años de Guardafauna en Península Valdés, en repetidas oportunidades pudo avistar luces parecidas que en algunos casos lanzaban una luz intensa hacia abajo.

 

LOS SUCESOS SEGÚN CAROLINA DIBY

 

Carta náutica con anotaciones de Orcaman.
Habiendo pasado tanto tiempo, Carolina admite no recordar muchos detalles de aquel incidente en Puerto Neko. Eso sí, enfatiza que fue un momento emocionante para todos, fue salir del refugio y ver las luces pasando sobre sus cabezas, ¡y eran muchas! El grupo de exploradores vivió con algarabía esa inesperada y mágica procesión de luces que recorrían el despejado cielo nocturno. Añade que eran blancas, intensas, sin halos ni estelas, tenían intermitencias, titilaban o lanzaban destellos con una cierta frecuencia y luego retomaban su luminosidad inicial. Al avanzar realizaban rápidos cambios de rumbo en una especie de zigzag, conductas todas que no se asimilan al paso de satélites artificiales o aerolitos.

Durante el tiempo que duró su observación, por lo menos vio pasar dos grupos de luces, uno detrás de otro, tal vez con 4 o 5 luces cada uno, más alguna luz que venía rezagada…

 

Tuvo la fuerte intuición de que la actividad de esas luces estaba relacionada (de alguna manera) con la proximidad del Polo Sur. Esboza la hipótesis de que esos fenómenos tal vez eran habituales en la zona y no vieron más debido a que las salidas de observación de fauna solían ser diurnas.

 

También en otras oportunidades tanto ella como otros integrantes de su familia han observado fenómenos luminosos extraños en la Provincia de Neuquén, donde reside.



LAS "ESCUADRILLAS” QUE SOBREVOLARON PUERTO NEKO 

Por su parte, Ricardo Kruszewski nos brinda un relato de los hechos sumamente rico en detalles, con matices propios. Su observación se inicia a partir del momento en que salió del refugio (junto a los demás) luego de escuchar el sonido del silbato. En efecto, levantó los ojos al cielo, vio pasar las luces y al mismo tiempo notó que Juan Carlos estaba feliz por compartir con el grupo la visión de esas luces tan similares a las que él había visto desde Península Valdés. Minutos después todos regresaran al refugio, excepto Ricardo quien decidió quedarse a ver las luces. Le dolía la cabeza de tanto mirar hacia arriba, entonces buscó una roca sobre la cual recostarse para observar más cómodo, igualmente tenía el equipo de abrigo antártico que lo protegía del frío. Permaneció sobre esa piedra unos 15 o 20 minutos, contemplando un incesante desfile de fenómenos aéreos. Explica que los objetos venían a modo de “escuadrillas” (si cabe utilizar ese término) integradas por varios elementos luminosos, acaso de 4 a 7 en cada grupo.


Estas “escuadrillas” provenían aparentemente de un mismo punto radiante y cruzaban la bóveda celeste de un extremo al otro, a una altura considerable. Venían una detrás de la otra, aunque la frecuencia de su aparición parecía ser aleatoria. 

Pudo constatar que al alejarse, en todos los casos, los objetos se iban separando entre sí, las trayectorias se iban abriendo al aproximarse al horizonte. Ricardo coincide con Juan Carlos en un aspecto crucial para el análisis de todos estos sucesos: A lo largo de ese rumbo general que cruzaba el cielo, los objetos también tenían un movimiento en zigzag regular y permanente, es decir una trayectoria final que por sumatoria daba un aspecto aserrado.

No resulta sencillo describir la complejidad de todo lo que vio. Esas “formaciones” o “escuadrillas” tenían un comportamiento similar pero no igual. Parecían venir del mismo lugar y seguían un rumbo parecido pero ligeramente distinto. Por momentos se veía surcar el cielo a dos o más de estas “escuadrillas”, casi en la misma dirección, pero no iban paralelas porque incluso eventualmente había escuadrillas que se cruzaban entre sí, en pequeños ángulos, sin perder su arrumbamiento general hacia el mismo horizonte, pero abriéndose al alejarse. Tampoco las velocidades eran iguales porque, tal como también lo había dicho Juan Carlos, había algunas luces que sobrepasaban a las otras, dejándolas atrás… Ricardo reflexiona que debió haber visto pasar al menos unas 15 o 20 de estas formaciones… 

El equipo en Bahía Andvord. Foto Juan Carlos López.

Juan Carlos había registrado en su diario siete objetos luminosos, en tanto el testimonio de Ricardo elevaría esa cifra a más de un centenar, de hecho retornó al refugio saciado de ver luces, sin convencimiento de que los fenómenos se hubieran agotado. Todas las luces tenían similar coloración, blanco o amarillento, él no interpreta que lanzaran flashes, pero sí constató eventuales y repentinos aumentos o decrecimientos en la luminosidad de los objetos. Ricardo estima que volaban a muy considerable altura, justamente eso permitía verlos atravesar toda la bóveda celeste, pero la velocidad de las “escuadrillas” era mucho más rápida que la de los satélites y en todos los casos se advertían esos permanentes corrimientos laterales en zigzag.

Le preguntamos a Ricardo si no se le ocurrió tomar fotos y respondió que sí, tomó varias diapositivas color con una cámara profesional, pero salieron totalmente oscuras.

Al día siguiente del avistamiento, Orcaman llamó por radio a las bases Brown y Decepción para saber si habían visto algo inusual o si hubo actividad aérea en la zona. La respuesta fue que no existió movimiento de aviones ese día y el radiooperador de Decepción fue cortante en su comentario, con expresión resignada le aconsejó: "En la Antártida, lo mejor es mirar siempre hacia abajo"…

DESCRIPCIÓN DE LOS FENÓMENOS OBSERVADOS

Fue necesario realizar algunas consultas adicionales con Juan Carlos para reconstruir lo que observó. Con esas correcciones fue realizado el Gráfico Nº 3. Resultaron de gran importancia sus anotaciones en la carta náutica y en su diario, ya que ambos registros fueron realizados minutos después de los avistamientos. Con atinado criterio, Juan Carlos López recalca que esas anotaciones constituyen el documento más fiable, porque aún su memoria retenía todos los detalles de ese complejo y fugaz despliegue de fenómenos luminosos.

Gráfico Nº3 que detalla las trayectorias registradas por Juan Carlos López.

A partir de esta revisión fueron contabilizados un total de siete "tránsitos" que surcaron el cielo en pocos minutos, siendo varios de ellos visibles al mismo tiempo. Según Juan Carlos, algunos de estos objetos lanzaban una potente luz hacia abajo, como si fuera un reflector, tipo disparos de flashes en forma intermitente, sin una periodicidad continua y sin iluminar el paisaje, lo cual sí años antes había podido observar en Península Valdés, donde una noche se iluminó la lobería de Punta Norte como si fuera pleno día, en tanto Ricardo interpretó esos destellos como cambios súbitos de luminosidad.

Es posible hablar con propiedad de "objetos luminosos" y no simplemente de "luces" ya que estos fenómenos tenían un definido comportamiento objetual, incluyendo movimientos en zigzag y un giro en ángulo agudo realizado por la Luz Nº 2, lo que es incompatible con reflejos, refracciones, fenómenos eléctricos u otros eventos meramente luminosos.

A las 0:25 Juan Carlos observó la primera luz (Nº 1 en Gráfico Nº 3) que venía con rumbo SSO-NNE. Durante ese avance inicial realizó tres zigzag sin abandonar su rumbo general, luego lanzó dos flashes hacia abajo, continuó avanzando en recta y después de un nuevo zigzag proyectó otros dos haces en la segunda parte del recorrido. En medio de esa observación fue que el testigo llamó con el silbato a sus compañeros, quienes pudieron ver la parte final de ese primer tránsito, que se alejaba repitiendo ese esquema de lanzar dos flashes seguidos, con similar frecuencia.

Desde ese momento, todos fueron testigos del resto de los fenómenos. Desde el noroeste se vio venir la luz Nº 2, que realizó un viraje para pasar sobre el refugio y salir hacia el norte, lanzando a continuación otra secuencia de dos reflectores hacia el suelo (luz Nº 2 Gráfico Nº 3). Surgieron tres luces más que volaban "en formación" a similar velocidad en sentido SO-NE (luces Nº 3, 4 y 5 en Gráfico Nº 3). A mitad del cielo se les sumó otra en la misma dirección, pero que iba mucho más rápido, al punto de sobrepasar a las tres primeras (luz Nº 6 Gráfico Nº 3). Para cerrar las observaciones de Juan Carlos, una séptima luz cruzó la escena de oeste a este (luz Nº 7 Gráfico Nº 3).

LUCES EN EL CIELO Y ORCAS EN EL MAR

La mayor sorpresa aún estaba por venir: Ese mismo día, Carolina Diby y Juan Carlos López abordaron nuevamente el Aviso Irigoyen que estaba haciendo tareas de limpieza costera. El buque dejó atrás la Bahia Andvord para penetrar el Estrecho de Gerlache. Cuando ingresó al Canal Neumayer, a la altura del Cabo Herrera, donde hay una base inglesa, por fin, los dos expedicionarios tuvieron ante sus ojos la arrobadora experiencia de ver pasar un grupo de seis orcas frente a ellos. Es curioso que, de los 70 días que permanecieron en la Antártida, solo ese 25 de febrero lograran cumplir el objetivo central del proyecto que los convocaba. Ni antes ni después les fue posible volver a ver las orcas en la zona de estudio, como si esas luces en el cielo hubieran sido el feliz presagio del tan esperado momento que estaba por manifestarse de manera inminente.

REFERENCIAS Y FUENTES:

1) https://m.facebook.com/embajada.de.polonia/photos/a.495369117229774/2687051038061560/?type=3&__tn__=H-R

2) https://babelviajesmadryn.com.ar/la-historia-de-orcaman-el-hombre-que-se-metio-al-mar-para-comprobar-que-las-orcas-no-son-asesinas/

3) http://www.oocities.org/sdkkayaks/relatos.html

4) http://www.kayakero.com.ar/secciones/travesia/travesias/1999/orcaantartica.htm

5) https://www.ats.aq/devAS/Ats/Guideline/39864605-7e82-4f8e-a171-49bdb8423e4f

6) https://www.facebook.com/ENBASBUCEO/posts/1043088512423761

7) http://dziennik.com/polonia/ricardo-kruszewski-zdobywca-hornu/

 

 

TESTIGO CLAVE CONFIRMA LA AUTENTICIDAD Y GRAN EXTRAÑEZA DE UN AVISTAMIENTO DESCRIPTO EN EL LIBRO “LOS OVNIS DE LA ANTÁRTIDA”

Es uno de los casos más increíbles documentados en el libro escrito por el Prof. Rubén “Gurú” Morales, tanto es así que en la primera edici...