jueves, 25 de mayo de 2023

TESTIGO CLAVE CONFIRMA LA AUTENTICIDAD Y GRAN EXTRAÑEZA DE UN AVISTAMIENTO DESCRIPTO EN EL LIBRO “LOS OVNIS DE LA ANTÁRTIDA”

Es uno de los casos más increíbles documentados en el libro escrito por el Prof. Rubén “Gurú” Morales, tanto es así que en la primera edición de la obra (2016) el autor expresaba sus dudas sobre la realidad del incidente, al que veía tan fantástico como un relato de ficción, además era sospechoso que la identidad de los cuatro testigos permaneciera oculta ¡60 años después!

Se trata de la observación realizada en Isla Roberts (Shetland del Sur) por una comisión científica chilena en enero de 1956.

En la segunda edición del libro por primera vez se difundieron los nombres de los cuatro protagonistas. Ahora, en una reciente entrevista, uno de ellos toma la palabra y cuenta en primera persona, por primera vez, todo lo que vivió durante esa extraña estadía antártica en la Isla Roberts. 


Tal como se explica en una entrada anterior del blog “Antártida Enigmática”, en 2019 el Prof. Morales develó novedades sobre este caso en una Jornada Ufológica realizada en Rauch (Provincia de Buenos Aires), cuando ya parecía impensable encontrar datos nuevos sobre un hecho sucedido en 1956, pero luego de la primera edición de su libro, Morales tuvo fructíferos intercambios de información con el destacado estudioso chileno Pablo Petrowitsch, quien resultó haber sido amigo de uno de los testigos de este caso, del Dr. Ing. Jorge Moder Jorquera (agrónomo, geólogo y glaciólogo) y además Petrowitsch recordaba el nombre de un segundo testigo, el Prof. Celestino Castro Alvarenga (biólogo). Con esos datos, una búsqueda en internet permitió a Morales identificar a los otros dos miembros de aquella comisión científica chilena: El técnico en biología Abelardo Báez y el Sargento 1º enfermero de la Marina Héctor Juan Adofacci. Las pertinentes ampliaciones de información se incorporaron a la segunda edición de “Los ovnis de la Antártida" (Ed. Argentinidad, Bs. As., 2018, pp. 261-272) y luego el periodista e investigador chileno Patricio Abusleme Hoffman consiguió lo que parecía imposible: ¡localizó y entrevistó a Abelardo Báez, uno de los cuatro hombres que observaron los extraños cilindros en el cielo de Isla Roberts en enero de 1956!


Fue una refrescante noticia saber que aún existía un testigo que podía contar la historia y gracias a él también pudimos ver por primera vez algunas fotos de aquella expedición científica en el refugio de Coopermine, Isla Roberts, Arch. Shetland del Sur.


UNA ENTREVISTA REVELADORA


Báez en la Antártida junto a un helicóptero, 1956. Fuente: El Porteño

Pero las novedades no iban a terminar allí: El 19 de abril de 2022 en  la revista “El Porteño” de Valparaíso se publicó una entrevista con la firma de Guillermo Correa titulada Avistamiento de OVNIS en la Antártida: conversando con Abelardo Báez Cortés. Báez actualmente es un reconocido odontólogo y en esta entrevista da todo tipo de detalles sobre el extraño episodio que vivió en 1956, año en que participó como “ayudante técnico” en una misión científica antártica. Sus declaraciones adquieren un enorme valor testimonial porque como él mismo lo dice “soy el único sobreviviente de esta historia…”


“Imagínate un muchacho de mi edad, de 18 años, lleno de entusiasmo por las aventuras, por conocer nuevas tierras, por conocer mi país, y sin quererlo me encuentro con un viaje científico nada menos que a la Antártida chilena” -expresa entusiasmado Báez en la entrevista, de la cual aconsejamos su lectura completa en “El Porteño”.


Sigue relatando Báez con total espontaneidad:


“Es el año 1955, por ahí por el mes de noviembre partimos. Llegamos allá en un viaje en barco y luego nos fueron a dejar a la Isla Roberts a un refugio que existía allí para los marinos que salían en sus expediciones. Nosotros permaneceríamos durante un mes allí haciendo los trabajos científicos, los estudios y las exploraciones. Era un lugar solitario, por esa razón agregaron a nuestro equipo a un Enfermero de la Armada. Los otros integrantes estaban un poco preocupados porque estaríamos completamente solos, pero para mí, que en esa época era un muchacho al que le gustaban las aventuras, eso no me preocupaba en lo más mínimo. Incluso teníamos un equipo de radio para comunicarnos que se echó a perder a los pocos días, lo que preocupó aún más a los otros integrantes del grupo.


DOS “ZEPELINES” VERTICALES IRRUMPEN EN EL CIELO


(…) “Nosotros íbamos por la Estación de Biología Marina de la Universidad de Chile de Valparaíso, el Biólogo Marino Celestino Castro y a mí la Estación me designó como su ayudante. Yo tenía 18 años y los 19 los cumplí allá en la Antártida el 23 de enero. Todo este fenómeno donde aparecen los “zepelines” ocurre allá un 4 de enero del año 1956.


(…) el viejo Castro que estaba siempre medio desvelado, yo le digo viejo, pero debe haber tenido unos cuarenta años, sale una mañana a tomar aire y regresa desesperado gritando al refugio contando lo que había visto. El primero que se levanta es el Moder, Jorge Moder, que comprueba la cosa, después salió el sargento Adofacci; yo pensaba que estaban leseando, con mis 18 años estaba calientito en la cama y no quería levantarme todavía, pero como nadie volvía me levanté y salí a mirar qué pasaba. Efectivamente era cierto la cosa. Eran dos zepelines, como lápices, con esa forma, que estaban en forma vertical en el cielo y que no se movían, estáticos en el aire. No tenían ventanas, se veía cambios de colores violetas, fucsias, plateados. Y ahí comienza toda esta historia. (…) “Fue algo impresionante. Hay una especie de canal que se forma entre la isla y el continente y ver estos objetos allí, paralelos entre sí, me dejó impresionado.”


(…) “Jorge Moder se volvió como loco, regresa adentro del refugio a buscar sus instrumentos para hacer ciertas mediciones, llevó un altímetro, que para mí que era un profano en eso era algo espectacular. Con eso midió la altura del objeto y según describe en el documento era de prácticamente 150 metros de longitud. Ambos objetos estaban ubicados en forma vertical, parecían unos zepelines.

Lo más impactante fue cuando Moder llegó con una especie de espejo, un lente polarizado, y empezó a hacer señales, trató de comunicarse y hubo como un acercamiento de estos objetos, como que se produjo una distracción de estos objetos y se acercaron. Como Moder ya había también medido la radioactividad que emitían, del entorno donde estaban estos objetos, se pudo observar como cambió la radioactividad, y al ver que la radioactividad seguía aumentando Celestino Castro se alteró mucho, se asustó, le pegó con un palo y le hizo pedazos el espejo al Moder para que no siguieran acercándose los objetos, porque en la medida que se comunicaba los objetos se acercaban un poco. Celestino tenía miedo que si seguían acercándose y seguía aumentando la radiactividad fuéramos a morir todos.”

Abelardo Báez durante la entrevista. Fuente: El Porteño

(…) lo curioso es que los objetos empiezan a hacer unos movimientos a una rapidez que se calculó en casi cuarenta y cinco mil kilómetros por hora como lo describe Moder, se movían en zigzag y después se paraban en seco. Seres humanos, a esa velocidad, dentro de esos objetos, quedan molidos por la inercia. Eso significaba para él que no eran seres de este planeta.

Ahora, otro detalle importante que recuerdo es que la orientación de estos objetos era siempre hacia la base militar de los marinos, la Base Prat que estaba en la Isla Greenwich. Se movían en zigzag, se detenían y volvían.”

(…) “No recuerdo haber tenido angustia, ni miedo, yo la tomé más bien como una aventura que para un cabro de 18, casi 19 años, es algo que te sorprende, pero al mismo tiempo te alegra de haber tenido la oportunidad de ver algo así.”


OCULTAMIENTO OFICIAL Y DESINFORMACIÓN

Como ya se ha dicho, durante 60 años se ocultó la identidad de los testigos pero además se pretendía situar el incidente en la Isla Robertson del Mar de Weddell, en tanto la investigación documental demostró que esa expedición antártica chilena de 1956 jamás penetró en el Mar de Weddell. Abelardo Báez sospecha que hubo una acción deliberada para distorsionar la información: ”(Robertson y Roberts) son dos islas totalmente distintas y bien diferenciadas. Al parecer, en forma intencional le cambiaron el nombre a la Isla Roberts, para distorsionar un poco toda esta cosa, eso es lo que se da a entender ahí en los documentos.”

También el testigo confirma el retiro anticipado de la isla que el autor de “Los ovnis de la Antártida” había supuesto aunque le faltaban pruebas: “No alcanzamos a enterar el mes como estaba estipulado, porque cómo se nos había echado a perder la radio de comunicaciones en la Base se alarmaron y nos vinieron a buscar como el 20 de enero, alcanzamos a estar como tres semanas en la Isla Roberts.”


(…) Todos quedamos muy impactados con esto, tanto es así que cuando a Moder lo entrevista el Canal 13, hace muchos años atrás (abril de 1968), el accede a esa entrevista, pero aparece de espaldas, sin mostrar su rostro. Claro, porque el Comodoro, el Capitán de Navío que mandaba toda la expedición en la Antártida nos prohibió terminantemente comentar nada, porque o si no tendríamos que asumir las consecuencias…”

(…) “Ahora que aparece esto en la televisión, yo estuve allá el año 55, como 66 años después recién sale a la luz pública este episodio” , reflexiona acertadamente Abelardo Báez a sus 86 años.

2 comentarios:

  1. Tengo algunos alcances sobre esta publicacion. Primeramente, este caso se publico mucho antes, casi en todas partes con nombres supuestos para los testigos, no por alguna obligacion, sino por el "estigma" que existia en aquella epoca (y aun hoy en menor grado) sobre este tema. Segun mis antecedentes, la primera publicacion habria sido en el diario "El Mercurio" de Santiago de Chile, en un arcilo firmado por el escritor Hugo Correa, "Antartica, Acceso para visitantes d eotros mundos?", el 17 de Septiembre de 1967, aunque ya se habiua mencionado en una entrevista a Higo Correa en Canal 13 de TV, crfeo que el 15-2-1967. Luego, en el segundo numero del Boletin "UFO-Chile",de Octubre de 1967, tambien por Hugo Correa, aparece el caso en detalle (puede bajarse del sitio de AFU en Internet), En el semanario "7 Dias" del 11-de Octubre de 1968, aparece como parte de una serie de articulos por los periodistas Willy Wolf y Manuel Saenz, con fotos de Jorge Moder (sin nombre), de espaldas, tomadas del programa de Canal 13. Mas recientemente, en el libro "Los OVNIS de la Antartica" del autor de este Blog(2018) y en "OVNIS en Chile" de Patricio Abusleme, quien fue quien ubico a Abelardo Baez, el 2021.
    Tambien el relato aparece resumido en el sitio del SEFAA de Chile, basado en una Charla que dio el suscrito hace algunos años, al entonces "CEFAA".

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    1. Excelente reseña de fuentes estimado Pablo. Muy valiosos tus aportes documentales. Impecable tu trabajo de investigación. Ese es el tipo de ufología que vale la pena construir y defender. Y que tanta falta hace ante el panorama actual!

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